viernes, 9 de enero de 2015

Quisiera esta noche


Quisiera esta noche


Quisiera esta noche besarte los labios,
sentir tus caricias, amarnos los dos;
beber tu néctar fogoso y tan dulce,
perderme en tu lecho infinito de amor. 



Quisiera esta noche embelesar mi cuerpo,
desnudar tu alma, quitarte la voz
y entre un gran suspiro besarte la boca;
esta noche loca que deseamos tú y yo.



Quisiera esta noche decirte mil cosas
tiernas como rosas, hermosas como tú.
Susurrar en tu oído: quieres ser mi esposa,
y ver tu mirada, perderme entre vos.



Quisiera esta noche amarte de nuevo
subir juntos al cielo, hasta perder la razón,
decirte al oído lo mucho que te quiero,
dejar en tus manos todo mi corazón.



Quisiera esta noche soñar a tu lado
y besar tus labios, amarnos los dos;
embriagar el lecho y sentirme atado

a tu amor rotundo, a tu gran amor.

viernes, 7 de noviembre de 2014

Elegía injustamente


Elegía injustamente

Lágrimas derramó un hombre herido
en su costado, por su mala suerte.
Aquel hombre lloraba la rabia de quererte
y haberte perdido, y haberte perdido.

Ella se fue con otro; con otro que su herida
le abrió más, mucho más como un castigo.
porque es injusto el amor, y es injusta la vida:
porque aquel hombre era su amigo, era su amigo.

En las noches frías


En las noches frías

Cada vez en las noches siento que me pierdo,
como la fresca brisa que trae tu recuerdo.
De áridos latidos se acopla el sentimiento
buscado fugazmente la dirección del viento.

Así pasa la noche, yo perdido en mi hastío,
uniendo cada letra, cada razón; todo lo mío
con lo tuyo. Resegando cada espacio,
cada ignorancia, respondiéndome despacio...

sin esperar nada a cambio. Cada vez en las noches
respiro tus aromas, tus cándidos reproches.
Ese que se fue con la quimera que juramos,
con la risas, los colores y los besos que nos dábamos.

Ahora no tengo prisa, voy despacio como la brisa
que me pierde, que me quita de mi rostro la sonrisa.
Ahora que estoy solo prefiero deslizarme a tu recuerdo,
porque cada noche que pasa siento que más te pierdo.

La venadita


La venadita 

Que suerte la venadita
en el andar ha encontrado
ha su amor desamparado,
que suerte la venadita.
Aquella la más bonita
por fin su amor le ha llegado,
un caballero venado
que con sencilla ternura
su corazón le ha robado.

¡Qué suerte la venadita!

Poema de los enamorados



Poema de los enamorados
En una tarde lánguida el niño corazón
quiso hacer una de sus pequeñas travesuras,
tino su flecha y en una de sus aberturas
salió al azar la flecha de una gran ilusión.
El niño se iba riendo, se estaba divirtiendo
jugando aquellos juegos del amor inmortal,
tino nuevamente y tiro su flecha al mortal
que venia muy pensativo, mientras que iba huyendo.
Aquel hombre tropezó con aquella mujer,
mientras que el niño corazón los seguía mirando,
disculpa, no fue tú culpa; dijo el hombre al ver
que aquella joven doncella lo estaba observando.
Esos dos amores ese día se encontraban
por la noble inocencia de un bebe jugador
que jugaba al blanco con ellos dos que pasaban
por esa callejuela donde nació el amor.
Y así nos unió un día aquel niño medio loco,
que con un sólo tiro me dio a mi y le dio a vos,
y aunque lo haya hecho sin querer, él fue poco a poco;
atino su flecha para darnos a los dos.
El amor nos unió. Y en aquella fantasía
se unieron ella y yo, quizás accidentalmente.
Quizás fue un amor que nos unió un solo día,
o quizás fue un amor que nos unió eternamente.
Aquellos tristes, solos, locos enamorados,
vivieron felices, quizás separados.

Poema de aquel sueño triste


Poema de aquel sueño triste


Soñé nuevamente con esa mujer sombría 
que besaba tu mano para besar la mía,
soñé que la besabas en una noche oscura
trasfigurando el roce de una fuente pura.​

Soñé que me dejabas en la noche de estío
con los brazos abiertos cubiertos de frío.
Y al pisar de mis manos una melancolía
recorría los recuerdos, aquellos de hastía.​

Entonces los recuerdos y las noches pasadas
no son historias felices, si no cuentos de hadas,
pues estoy soñando con ese amor prohibido
que quiso estar a tu lado para soñar conmigo. ​

Y quizás el tiempo dirá si tu amor y el mío
se entrelazarán como el mar, el viento y el río.
Y acaso estaré aquí, siempre soñando contigo
deseando en esos sueños ser más que tu amigo.​

Recuerdo de esa noche una gran melancolía
bebiendo de aquella copa que estaba vacía,
mientras que un hombre triste sabía llovía
en los ojos de tus ojos, aquel triste día.​

viernes, 10 de octubre de 2014

Soneto de la playa


Soneto de la playa Las olas van y vienen tristemente, sus ecos sobre el mar me hacen pensarte; y sin querer de pronto he de nombrarte, y he de decir te quiero hasta inconsciente. Las olas van y vienen nuevamente, en su loca canción yo he de escucharte, y dices ven a mí, ya quiero amarte... y me adentro en tu mar muy lentamente. Y me adentre en tus aguas locamente... Y te empece a querer erradamente de esa manera que ha nadie quería. Y quien iba a pensar que por quererte yo iba conseguir la triste muerte al ahogarme en tu amor amada mía. Las olas van y vienen tristemente, sus ecos sobre el mar me hacen pensarte; y sin querer de pronto he de nombrarte, y he de decir te quiero hasta inconsciente.