Décimas de un poeta
Muchas veces encantado
por el mar y el cielo justo
pinto verde aquel arbusto
y me quedo embelesado.
Me gusta quedar pasmado
al ver una enredadera
que se cuelga de la pera
sin dejarla respirar;
y me gusta divisar
una loca primavera.
A veces quedo perplejo
al ver unos tiernos ojos
que suavizan mis antojos
al mirarme en su reflejo.
Muchas veces el espejo
de la laguna me adsorbe
y siento una paz enorme,
vuelo como ave en el cielo.
Del camino quito el hielo
para que nunca me estorbe.
Caballero enamorado,
bohemio de corazón,
pierdo siempre la razón
si una dama esta a mi lado.
Así es el enamorado;
dibuja con gran fervor,
a las cosas da color,
crea sus propios matices
en las escalas de grises,
o en la escala del amor.
Para mi el amor lo es todo
es la palabra, la risa,
es la llanura y la brisa,
es el después sin un modo.
Es el soberano codo
que guarda tu distracción,
es un dulce corazón
pintado de fe y sosiego.
Para mi y no lo niego:
el amor es mi razón.
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