sábado, 2 de agosto de 2014

Un poema a la mujer de mi vida


Un poema a la mujer de mi vida

Eres hermosa mujer, eres hermosa
eres cual río esplendoroso de una primavera,
eres como el ocaso recostado en la ribera
y eres como un jardín lleno de rosas.

Eres hermosa, desde la sombra que arropa tu piel
hasta la luz que destellan tus ojos brillantes;
desde la boca, hasta aquellos diamantes
que cubren tus labios bañados de miel.

Eres hermosa, como las cosas, y como las diosas
que aguardan en el cielo, como la estela
que atraviesa el firmamento, como el viento

que acaricia tu hermoso pelo, como la cascada,
como la luna pintada de plateada, como el sosiego
que me embelesa en este mismo momento.

Eres el eco de la palabra, eres zumbido,
eres el trigo que alimenta todas las sienes,
eres la paz que me alborota tras los vaivenes
cuando reposan en tu pasión y en tus delirios.

Eres cual astro donde yace la eternidad
como la ola que apacigua la inmensa roca,
eres la paz que sin tocarla mi alma toca,
eres la hoguera que prende el cielo de gran deidad.

Como pureza de un cristal así tu eres,
la piedra fina, sutil, sencilla de mi mirada,
eres la voz que grita fuerte una cascada;
y eres silencio, ese sigilo de las mujeres.

Y eres mi todo eres palabra para este verso,
como una espina que se me encona en mi hondo ser,
eres la llama que tiene mi alma siempre prendida.

Eres la estrella que guía mi paso en el universo,
eres la musa que yo mas amo; eres mujer
esta canción, este poema, eres mi vida.

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