miércoles, 30 de julio de 2014

Aquella tarde de abril


Aquella tarde de abril

Estuvimos juntos aquella tarde perdida.
Donde el viento se paseaba con amor en las cortinas;
dos locos impregnados con pasión desenfrenada
disfrutando de los besos y caricias paulatinas.


Era una tarde de abril, y recuerdo que llovía,
los truenos retumbaban en el techo, aquel día,
más, estábamos perdidos entre besos y caricias,
que ni el viento, ni la lluvia, a ninguno distraía.


Fuiste mía mujer, desde aquel sutil entonces.
Tu cuerpo trémulo y mudo se incendio en mi llamarada,
tu sueño fue el mismo sueño que soñé aquella tarde,
tu cuerpo fue junto al mío una estrella en la nada.


Cubrimos el infinito con un manto de pasión,
prendimos en el ocaso una aurora dulce y nueva,
aquella tarde era nuestra, como lo son las estrellas
del cielo azul, primoroso, ondeante de primavera.


Y llovía. Y estábamos juntos. Y eras tú, junto a mí...
eras un beso en el pecho y eras un gran frenesí,
y eras todo en ese instante, eras todo para mí...
Enamorados, fugaces, viviendo en su aventura.
Amantes, dulces, prohibidos, ajenos de lo normal...
Fuiste mía en ese entonces, y no te podré olvidar.
Fuiste mía dulce amante aquella tarde abril.

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