Ella, la ausente
Después que todos la olvidaron, yo vengo a recordarla.
Después que en el sepulcro sembraron sus cenizas,
hoy vuelve, en este día de rosas, sol y brisa;
con su indolente sonrisa.
Ella, la ausente, la mujer de frenética mirada,
la dulce y amorosa, la ingenua, inquieta muchachita...
Viene con su fragancia, a desnudar mis ojos
con su mirada infinita.
Ella, la que nadie ni nombra, ni recuerda, ni piensa...
Hoy viene a mi recuerdo estrujando mi pecho.
Después que la olvidaron, regresa hacia mi vida:
como un sueño en mi lecho.
Ella, la ausente, la fresca primavera primorosa,
la dulce flor esplendida, la miel, la dueña mía.
Después que todos la olvidaron, yo vengo a recordarla...
la quiero todavía.
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