Poema X

Poema X

Este lunes fogoso nuevamente se acerca
la llama primorosa de un gran atardecer,
y ciertamente ahora me rodeas mujer,
como esa enredadera que rodea la cerca.

Llega la tarde y acaso tú llegas a tu casa,
los niños del vecino te causan ilusión...
Las hojas secas se van con el viento que pasa,
y tu recuerdo se va junto con el corazón.

Lejos vuelan las aves, lejos vuela mi mente,
lejos vuela el recuerdo, quizás vuela hacia ti.
Regresas como un sueño inadvertidamente,
te repites, y sigues repitiéndote en mí.


Mi mano en un desierto mustio de algún lugar
recorre ese silencio de tu cuerpo de ensueño,
¡ay, mujer! si me vieras recorriendo este mar
que invente para ti, para este amargo sueño.

Si me vieras amada, si solamente vieras
mis manos, mis adentros, mi mirada marchita,
seguramente amada dentro de ti dijeras:
este hombre me quiere, su llama es infinita.

Hoy me parezco tanto a este lunes aciago,
a este sol taciturno que se esconde a lo lejos,
me parezco mi niña a un olvidado lago,
a un parque solitario, a un cielo sin reflejos.

Hoy me parezco tanto a este lunes de ocaso,
a este atardecer tan parecido a ti,
me parezco querida al misterioso paso
que va con tu recuerdo, viajando junto a mí.

Que triste amada mía. Si estuviera contigo
todo fuera alegría, todo fuera distinto;
pero ya ves, estás lejos, no te encuentras conmigo,
muere el atardecer... y mi verso ya está extinto.