sábado, 26 de julio de 2014
Me llegas al recuerdo
Me llegas al recuerdo
Me llegas al recuerdo dulce amada
desde tu lejanía amarga y dura,
me llegas como luz tenue en la nada
prendiendo en el solsticio una dulzura.
Y así, quizás, tú allá en la lejanía,
te arropas al albor del claro ocaso,
y son tus ojos una noche fría,
y son rocío, lluvia, mar y paso...
Y acaso en tu aposento... en tu ventana
susurre el viento con mi voz tu nombre,
y te estremezcas niña esa mañana,
y sientas que me vez en otro hombre.
Y así puedas sentir que aún me extrañas,
que aún algo nos une ferozmente,
en esas madrugadas tan extrañas
cuando miras al cielo dulcemente.
Y así nos unan musa la armonía...
y los recuerdos mutuos y las cosas;
nos unan las canciones niña mía,
y la belleza plena de las rosas.
Y el rítmico sonido de las olas,
y el dulce transitar de aquella brisa,
y aquel color ausente de amapolas...
y el trémulo fulgor de una sonrisa.
Y así, tranquilo ya, con languidez,
mi niña yo te pinte un gran estero,
y una sonrisa entonces; y otra vez
publique que te extraño y que te quiero.
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