jueves, 24 de julio de 2014
Qué lindo que hoy estuvieses
Qué lindo que hoy estuvieses
Qué lindo que hoy estuvieses
a mi lado dulce amada,
con tu mirada tan bella
y tu sonrisa callada.
Qué lindo fuera este cielo
de algodonares teñido,
tuviese tal vez mil palomas
la soledad de este nido.
Qué lindo hubiese sido
que en esta tarde de estío
me desfilaras el traje
de seda... mi preferido.
Hubiera sido tan lindo
que vivieras junto a mí,
y que en cada mañanita
me sonrieras muy feliz.
¡Ay! qué lindo hubiese sido
pasar por ti la noche en vela,
arrullado entre tus brazos
en tu olor, dulce... a canela.
Y quizás en nuestro patio
retozaran muchos niños,
jugando con los aviones,
con los carros y los navíos.
Hubiese sido tan grato
compartir mi humilde vida,
a tu lado dulce amada,
a tu lado tierna amiga.
Todo fuera diferente:
el ocaso, la llanura,
el río y las estrellas,
la añoranza, la ventura,
las rosas, los pajarillos,
las flores y su frescura,
la gratitud fuera plena,
la alegría fuese pura,
el astro, allá... en cielo
me pintará su hermosura,
la lluvia no me quemara,
las tardes fueran dulzura...
Pero ya vez, tú no estás,
y mi vida es agria y dura.
Qué lindo que hoy estuvieses...
pero no estás, que amargura.
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