Poema VI

Poema VI

Mi pobre corazón te quiso tanto,
te quiso en demasía y en destiempo,
te quiso dar del cielo, su azul manto,
el quiso detener el fugaz tiempo. 

Mi pobre corazón te dio su canto,
aquel sutil candor, que fue en el viento
la grata melodía de un encanto,
la loca primavera de un momento...

Mi pobre corazón amada mía
te quiso hasta perder su rebeldía,
te quiso hasta decir: yo te venero...


Pero tú no quisiste ese cariño,
tus ojos me miraban como un niño,
y tus labios decían no te quiero.


Mi pobre corazón te quiso amada,
te quiso más aquel momento triste
cuando sintió perder tu llamarada,
cuando entendió que nunca le quisiste.

Y es triste, pues los días, son tan nada...
son negros al saber que ya te fuiste,
son lúgubres, son tenues; es cascada 
que no tiene aquel cause que lo viste.

Y es triste, pues las noches son más largas,
las horas son eternas en tu olvido;
cada segundo es lento... y da dolor.

Y es triste, porque sé que todavía
mi pobre corazón amada mía
te quiere con su más profundo amor.